Por Diego Mendoza ( @Diego_Menher ) Como en cada Mundial de fútbol, o por lo menos desde México 1970, Panini nos ofrece un álbum para llenar con las calcomanías de cada una de las selecciones clasificadas, los estadios donde se disputarán los partidos y otras imágenes del torneo celebrado cada cuatro años. Por supuesto, Qatar 2022 no es la excepción. Ya está a la venta esta pieza coleccionable del fútbol mundial, y como dice uno de mis hermanos, un amante de este deporte nunca es demasiado viejo como para llenar el álbum, barajita por barajita con infantil emoción. Pero este año me he dado cuenta de algo que me pareció bastante interesante, y es cuánto podemos aprender de economía llenado un Panini. Por lo general puede ser algo que pase desapercibido, pero si uno se detiene en la interacción que se efectúa entorno a este álbum puede sacar provecho enseñando, sobre todo a los más chicos, ideas básicas de economía. Las lecciones surgieron de un encuentro que tuve con un vecino, Santiago
Agradecimiento: le quiero dar las gracias a mi amigo Jesús Manuel Pérez por pedirme una opinión acerca de este tema. Por: Diego Mendoza ( @Diego_MenHer ) El siguiente artículo es un intento por tratar de analizar si las acciones de ofender y mentir deberían considerarse un delito. Para empezar, quisiera buscar definir la palabra “Ofender”. Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), en la primera definición que ofrece, indica que significa: “ Humillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien, o ponerlo en evidencia con palabras o hechos ”. (Consulta 6/9/2022) Revisando este concepto, debo de una vez dejar claro que me pienso concentrar en la ofensa verbal. El daño físico a una persona o a su propiedad lo considero de entrada un delito, incluso la amenaza real de daño. El dilema vendría para mí en este caso cuando se trata de palabras, si el insultar a alguien cuando va por la calle o a través de un medio de comunicación puede considerarse un deli